Crónica de un Transporte Express Solidario – «Transporte Urgente a Lesbos»

Historia de un Transporte Express Solidario por Luismi Martín

Gerente Raudovan Transporte Express

Luismi Martín – Gerente de Raudovan

El porqué del proyecto

A principios de enero estaba en casa viendo las noticias, una de ellas era las duras condiciones que estaban pasando los refugiados en Grecia, las imágenes de tiendas de campaña hundidas por la nieve no me dejaron indiferente. Como siempre, al final del informativo, viene el informe metereológico, entraba una borrasca de Siberia, iban a bajar las temperaturas entre 10º y 12º.

Refugiados en el campo de Moria

Recordé de repente, aquellas noches de frío en la cabina, mientras entre la nieve buscaba el destino, o cuando tenía que conducir muy despacio debido al hielo que me podía encontrar por la carretera. Esas noches de frío absoluto, durmiendo como podía dentro de un saco en la parte de carga, esos momentos en que cuesta parar de tiritar. Desde el calor reconfortante de casa y mientras veía a mis hijos jugar, no pude evitar pensar en los que no tenían tanta suerte como yo, en los niños, mujeres y hombres que en busca de un futuro mejor estaban pasando un presente terrorífico, y es en esos momentos en que puedes pensar “qué pena” y ya está, o pasar a la acción, y quién me conoce sabe que soy de pasar a la acción.

 

La campaña «Transporte Urgente a Lesbos»

Hace 3 años que fundé mi propia empresa, y tengo la flexibilidad de poder escoger lo que quiero hacer, así que decidí que tenía que aportar mi grano de arena, y que iba a correr con los gastos de transportar una furgoneta con el material que necesitaran hasta un campo de refugiados. Ahora tocaba llenar la furgoneta, así que empecé a pedir ayuda a amigos y familia, enseguida creamos un pequeño grupo de trabajo para el proyecto “Transporte Urgente a Lesbos”. Lo primero era saber que se necesitaba en el punto de destino, así que contactamos con SAO, una ONG que opera a nivel local en Lesbos, les pedimos una lista del material que necesitaran urgentemente, y nos dieron unas pautas muy concretas: tiendas de campañas, sacos de dormir, ropa interior de hombre, zapatos a partir del 40 y guantes. Contactamos con sitios que nos podían hacer de puntos de recogida, realizamos los carteles para colgar en varios puntos de la ciudad, abrimos una página de crowfunding y empezamos la difusión por las redes sociales y después el boca-oreja hizo el resto.

Punto de Recogida

Punto de recogida 24h despues

 

 

 

 

 

 

 

Lanzamos la campaña el 18 de enero, era todo un poco precipitado, pero así es el transporte express, teníamos que llegar cuanto antes. Abrimos los diferentes puntos de recogida y la respuesta fue increíble, llamadas, emails, whatsapps, personas que venían de varios puntos de Catalunya (Cerdanya, Sitges, Badalona, …)  para traer material, todo el mundo quería colaborar. El trabajo duro fue la selección del material y el embalaje, ya que mucho material que donaban no se ajustaba a lo que pedíamos, aunque la intención era buena no queríamos llevar allá nada que no fuera lo del listado. El material que no seleccionamos se lo llevaron Engrunes y la iglesia de Santa Ana.

Voluntarios para la selección y embalaje del material

Finalmente, gracias a los voluntarios conseguimos prepararlo todo y salir el 25 de enero dirección Lesbos. En el viaje me acompañaba Poli, transportista y amigo que se había ofrecido voluntario a acompañarme, así podríamos turnarnos en el viaje y también sería más ameno compartirlo con alguien.

Salida desde Vallvidrera

El viaje

Emprendimos el primer trayecto casi sin parar hasta Bríndisi, de donde salía el ferry dirección Igoumenitsa, después por carretera hasta Pireo y de allí cogimos el ferry, otro más, hacia Lesbos.

La entrada a la isla, fue más bien chocante, la policía aduanera se mofó de nosotros al ver la carga que transportábamos, nos desordenó toda la cabina en busca de drogas y nos humilló con un registro personal demasiado íntimo.

Nuestro objetivo estaba muy cerca, reemprendimos el viaje con la incertidumbre de qué nos íbamos a encontrar.

Con Aris de Attica

Finalmente llegamos al almacén de Attica y conocimos a Aris, la persona que se encargaba de la gestión local de la ONG SAO, con la que habíamos hablado en varias ocasiones durante la campaña de recogida y también en el viaje. Nos enseñó el almacén que estaba perfectamente estructurado y embalado, y nos explicó las duras condiciones de los refugiados y cómo trabajaban a nivel local.

 

 

 

 

Las condiciones de los refugiados

El 80% de los refugiados son hombres, y la situación en el campo de Moria es extrema. Tiene una capacidad de 1500 personas y actualmente hay unas 5000, con una gran variedad de etnias, con lo que hay problemas culturales graves y bastantes conflictos internos. Increíblemente todos los refugiados tienen un móvil, y desde la ONG se comunican con ellos a través de Whatsapp, aquellos que soliciten material tienen que rellenar un formulario especificando sus necesidades, se queda con ellos en un punto de la alambrada y se les tira el material por encima de ésta.

 

 

 

 

 

 

 

 

Ayudamos a Aris con un par de transportes de material y después fuimos hacia la sede de Open Arms, pasamos por delante del campo de Moria, y el espectáculo era increíble, muros de hormigón, alambradas de espinos de tres metros, tiendas, plásticos, torres de vigilancia, gritos, agresiones, sirenas… era sobrecogedor.

Una vez llegamos a la base de Open Arms nos explicaron su función en la isla y como llegaban los refugiados en las barcas, también cómo los traficantes les venden los chalecos «salvavidas» por 60€ en Turquía, chalecos falsos, rellenos de espuma, si caen al agua con él, la espuma absorbe toda el agua y el chaleco pasa a pesar 20kgs más con lo cual se hunden más fácilmente.

Estado de una playa

Colaborando en tareas de limpieza

 

Al día siguiente nos involucramos en tareas de limpieza. Las playas son un huerto de deshechos: chalecos, ropa, barcas, plásticos… así que aprovechamos la furgoneta para hacer viajes al vertedero. Nuestra sorpresa cuando al llegar al vertedero nos damos cuenta que es un cementerio de chalecos falsos, y pensar en la cantidad de gente que habrá pasado el mediterráneo en unas condiciones lamentables.

Cementerio de chalecos en el vertedero

 

Organizaciones locales

También conocimos la tarea que hace Lighthouse (ONG), tienen un campamento que está a pie de playa para ayudar a los refugiados cuando llegan con las barcas. Uno de los principales problemas es la hipotermia, así que tienen calefactores, té caliente y les ayudan a cambiar la ropa mojada por seca, y todo esto tiene que ser muy rápido ya que en media hora aparece la policía y se los llevan al campo de refugiados.

Campamento Lighthouse

Té caliente para cuando lleguen los refugiados

 

Hay varias ONG’s trabajando, pero también hay empresas, nos llamó especialmente la atención las Dirty Girls of Lesbos que se dedicaban a coger la ropa de los refugiados, limpiarla, y devolverla seca para su uso posterior.

 

Lesbos tiene una doble vertiente, hay una parte de la población que está cansada del conflicto con los refugiados de ahí que en las elecciones saliera representado el partido de ultraderecha Amanecer Dorado, y hay otra parte de la población que sí está colaborando y ayudando en todo lo que puede.

 

 

Llegaba el final de nuestra estancia en Lesbos tras 3 días colaborando con las organizaciones locales. Nos fuimos con un sabor agridulce, contentos de haber participado y aportado nuestro granito de arena, pero con una sensación muy amarga cuando te das cuenta la cantidad de cosas que quedan por hacer, y darte cuenta como desde Europa se está mirando a otra parte. El camino de vuelta solo sirvió para ratificar mi posición, que esto no se acaba aquí, hay que seguir ayudando, todos somos personas y formamos parte de toda esta situación.

 

Agradecimientos 

De nuevo agradecer a todos los voluntarios y amigos que han participado en el proyecto y me han ayudado a tirarlo hacia adelante, a los puntos de recogida, a las empresas Impacto Visual y Movertis por su colaboración, pero muy especialmente a mi mujer Gemma, que me ha apoyado incondicionalmente en este proyecto y me recuerda a cada paso que somos un gran equipo.

 

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